En 2004, en Buenos Aires (Argentina) se incendia la discoteca República Cromañón con194 muertos y más de 1432 heridos. La tragedia de Cromañón fue un incendio producido la noche del 30 de diciembre de 2004 en República Cromañón, establecimiento ubicado en el barrio de Once de la ciudad de Buenos Aires, Argentina, durante un recital de la banda de rock Callejeros. Este incendio provocó la peor tragedia mundial en la historia de la música de rock y una de las mayores tragedias no naturales en Argentina dejando un saldo de 194 muertos y al menos 1432 heridos.
Esta tragedia causó, además, importantes cambios políticos y culturales. Los familiares de los jóvenes fallecidos y los sobrevivientes del incendio conformaron un gran colectivo de movilización pública y demanda de justicia, por las muertes y los daños sufridos. En lo político, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires inició un juicio político para destituir al entonces jefe de Gobierno Aníbal Ibarra por considerarlo responsable político de la tragedia. El enjuiciamiento terminó con su destitución, y fue reemplazado por el vicejefe de Gobierno, Jorge Telerman.
En cuanto a lo cultural, la tragedia concientizó a la sociedad sobre el estado de las discotecas y locales destinados a espectáculos musicales, además de que provocó fuertes replanteos acerca de prácticas habituales y símil futboleras, como el uso de bengalas y la búsqueda de juntar el máximo posible de público. El Gobierno revisó el estado de las discotecas y otros locales de baile, lo que resultó en la clausura de una gran cantidad de ellos.
La tragedia de Cromañón fue un evento altamente impactante en la historia del rock argentino; cerró una etapa y dio paso a la era post-Cromañón del rock argentino, donde las tendencias de géneros musicales, espacios de recitales, organización e infraestructura reflejaron los cambios surgidos a raíz del siniestro. Casi todas las muertes se produjeron por la inhalación de diferentes gases principalmente monóxido de carbono y ácido cianhídrico, excepto uno producido por una compresión torácico-abdominal. A raíz de la tragedia se sucedieron fallecimientos de sobrevivientes por parte de graves secuelas físicas y psicológicas.
Según un relevamiento realizado en un universo delimitado de familiares y sobrevivientes en el año 2008, un 31% aún continuaba bajo tratamiento psicológico cuatro años después del hecho.Se han reportado también varios intentos de suicidios. Entre 2005 y 2007 se reportaron tres suicidios por parte de sobrevivientes en su mayoría jóvenes de entre 21 y 24 años. De todas las personas que fueron procesadas durante la instrucción, fueron en principio llevados a juicio, imputados por varios delitos, solo 15 personas.89 Omar Chabán y Raúl Villareal fueron acusados de estrago doloso seguido de muerte y cohecho activo. La misma acusación recayó sobre los integrantes de Callejeros (Patricio Fontanet, Elio Delgado, Maximiliano Djerfy, Eduardo Vázquez, Christián Torrejón y Juan Alberto Carbone), Daniel Cardell, el escenógrafo, y su mánager, Diego Argañaraz. Tres funcionarios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires fueron acusados por incumplimiento de los deberes de funcionario público: Fabiana Gabriela Fiszbin, Gustavo Juan Torres y Ana María Fernández. Y dos oficiales de la Policía Federal Argentina fueron acusados, Carlos Rubén Díaz de estrago doloso seguido de muerte y cohecho pasivo, y Miguel Ángel Belay, por incumplimiento de los deberes de funcionario público y cohecho pasivo. El tribunal determinó que tanto Chabán como Argañaraz se encontraban a cargo de la organización del recital, y por lo tanto eran los únicos sobre los que podía caer la pena de incendio doloso.
La Cámara Federal de Casación Penal confirmó en septiembre del 2015, las condenas contra exfuncionarios, miembros de la banda Callejeros y demás imputados al rechazar sus recursos de apelación. A pesar de esto, los procesados mantuvieron la libertad hasta que dichas condenas quedaran en firme.La Sala IV de la Cámara, tras atender el pedido de La Corte Suprema de Justicia de revisar el fallo, dejó en firme la condena.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, a principios del mes de marzo del 2016, catalogó como “inadmisibles” los recursos extraordinarios que 11 imputados interpusieron ante las sentencias; por lo que los acusados debían regresar a cumplir sus penas en prisión.
Las condenas varían de 3 a 7 años, teniendo Patricio Fontanet (líder de la banda) la mayor de ellas. Los demás músicos (Maximiliano Djerfy, Elio Delgado, Cristian Torrejón y Juan Carbone) recibieron 5 años. Al baterista Eduardo Vásquez se le suman 6 años a la condena de cadena perpetua obtenida por el asesinato de su esposa. A la medida de prisión se suman además el escenógrafo Daniel Cardell con tres años y el asistente de Omar Chabán, Raúl Villarreal, con seis.
La exfuncionaria de Control Comunal, Fabiana Fiszbin y el exdirector de Fiscalización, Gustavo Torres también están incluidos entre los once implicados. La tragedia de Cromañón provocó un fuerte impacto en toda la sociedad argentina, pasó a ser el tema omnipresente en los medios de comunicación, generó debates acerca del grado de culpabilidad de los involucrados, puso el foco en la infraestructura de eventos con asistencia de público, así como en las irregularidades y la corrupción presente, y generó una profunda autocrítica acerca de las prácticas que hasta ese momento se alentaban en el rock (especialmente en el rock barrial), como la “cultura del aguante”, la futbolización, la búsqueda de juntar el máximo posible de gente y el uso de pirotecnia. Cromañón fue un evento altamente significativo en la historia del rock argentino, fue del tipo de eventos que marcaron un antes y un después en la evolución del mismo. Tras el incendio, se dio paso a la era post-Cromañón del rock argentino, en la que el peso de la tragedia influyó en las nuevas medidas, tendencias y evolución musical de la escena. Las bandas de rock barrial que sobrevivieron a la baja del género lo hicieron manteniéndose unidas, continuando con las giras y grabaciones, y apelando a los mensajes políticos, sociales y contraculturales que encontraron buena respuesta en los simpatizantes del kirchnerismo. Así fue como en la era post Cromañón sobrevivieron bandas del rock barrial como La Renga, La Mancha de Rolando, Las Pastillas del Abuelo, Los Gardelitos, La 25, El Bordo, Salta La Banca y La Beriso, además tuvieron buena respuesta los proyectos solistas del Indio Solari, Gustavo Cordera, Ciro Martínez y Juanse.