En una charla con el programa “Otra Sudestada” de Radio Franca 98.1, el empresario gastronómico sostuvo que las últimas medidas tomadas por el ejecutivo municipal con la restricciones de horario, ponen en jaque la continuidad de su trabajo en la ciudad, a pesar que el diálogo sigue abierto. “Tuve que echar a cinco personas ya en lo que va de la pandemia”, aseguró Claudio Carrizo en ese sentido.
Luego que el gobierno nacional dictara el pasado Viernes 23 de abril nuevas restricciones por el creciente aumento de casos de coronavirus, los horarios de los bares y restaurant en la ciudad debieron adecuarse al cierre de las 23 horas. Ante este escenario el dueño del bar Big Lola, habló con Adrian Pino para mostrar su descontento y falta de trabajo para el sector.
“Tenemos una situación muy compleja en lo económico, que tiene que ver con la costumbre de la gente de salir tarde a comer, ya que recién a las 22 horas se están subiendo los pedidos y nos queda muy corto el horario de la cena. Lo ideal sería haber dejado un horario diferenciado para el fin de semana o dejarnos trabajar hasta las 24 horas”, señaló Claudio Carrizo.
Con respecto a la postura y el diálogo con el municipio, Carrizo comentó que “si bien hay predisposición al consenso, se acata una normativa nacional y no se quiere cambiar desde el gobierno local. Nosotros necesitamos eso, pero al menos por ahora no tenemos posibilidad de correr el horario”
“Nuestra esperanza tiene que ver con que los números de casos bajen y allí esperar que desde el gobierno nacional, luego del 2 de mayo se flexibilice la situación. Pero la perspectiva la vemos difícil”, añadió el empresario.
Carrizo al mismo tiempo reforzó la idea que los funcionarios locales deben tomar medidas de acuerdo a la situación de la localidad, “lo que pasa en Buenos Aires no nos compete y son ellos quienes deben acatar la realidad sanitaria no nosotros”
PEDIDO DE AYUDAS Y PERSPECTIVAS ECONÓMICAS
Con respecto a las perspectivas y ayudas económicas al sector, Carrizo indicó que en su vivencia personal, su local Big Lola no recibió ningún tipo de ayuda para solventar gastos como el gas o la luz. “El gas ya nos fue cortado y tuvimos que reponer nuevo medidor. Ahora esperamos que las deudas contraídas durante la pandemia se nos reintegren o nos posibiliten al menos una moratoria para poder seguir adelante”.
Mientras tanto el empresario reforzó la idea de seguir con el sistema de delivery o take away y esperar que “los funcionarios y la gente los ayude”. “Esto viene para largo”, finalizó.