Publicado en: www.infoner.com.ar
En 2002, el Ministerio de Cultura de Nación impulsó el programa «Patrimonio Cultural Alimentario y Gastronómico Argentino», un conjunto de acciones de investigación, registro, rescate, ordenamiento y declaración patrimonial para formalizar y promover la pertenencia de la cultura alimentaria y gastronómica al patrimonio cultural de los argentinos.
A partir de las acciones que lleva a cabo el programa «Patrimonio Cultural Alimentario Gastronómico Argentino», Marcelo Álvarez (antropologo y especialista en temas de gestión cultural, patrimonio y antropología de la alimentación), explica la importancia de la alimentación como un hecho social y cultural, y señala los alimentos que llevan el sello de «producto cultural argentino».
¿Qué relación existe entre la alimentación, lo social y lo cultural?
La alimentación constituye un hecho social total, ubicado en la encrucijada de lo material y simbólico, económico, social, político, cultural. El acto de comer articula naturaleza y cultura: no solo nutre, sino que también funda un medio universal para expresar identidades, relaciones sociales, hospitalidad, solidaridad, placer.
La cocina es el punto de amarre de la producción, el lugar donde las relaciones sociales se forman y mantienen, y de donde proceden las artes y las ciencias. Es el espacio donde se inician los comercios, el objetivo de los mercados y también el objeto de la filosofía; el lugar donde la cultura se pone en guardia frente a los sucesivos cambios en la producción y distribución de los alimentos.
¿A qué se denomina Patrimonio Cultural Alimentario y Gastronómico Argentino?
Nuestras distinciones culinarias constituyen un patrimonio a identificar, revalorizar y promocionar ante el mundo, en términos culturales pero también en términos de trabajo, economía, procesos artesanales e industriales asociados, recuperación y protección de especies y productos naturales agentes de la biodiversidad, y como recurso turístico.
Los procesos abiertos de patrimonialización alimentaria suponen actuaciones selectivas de apropiación y valoración de productos y prácticas alimentarias, las que se inscriben en lugares, contextos, relaciones y significados diversos, dependiendo de los agentes sociales que las definan, los criterios utilizados y los intereses puestos en juego. Las comunidades y los sujetos productores y portadores son los actores principales de la patrimonialización: son quienes deben tomar las principales decisiones ante cualquier acción cultural propuesta.
¿Cuáles son los alimentos que integran la lista de Patrimonio Cultural, Alimentario y Gastronómico?
Los alimentos declarados Patrimonio Cultural Alimentario y Gastronómico refrendan la valoración de aquellos saberes alimentarios y gastronómicos sobresalientes, que son portadores y referentes de la identidad, la memoria y la experiencia cotidiana de los diversos grupos que constituyen la sociedad argentina
El vino tinto malbec, el mate junto con la yerba mate, el dulce de leche, la empanada y el asado llevan el sello de Patrimonio Cultural, Alimentario y Gastronómico Argentino por ser típicamente argentinos y porque su consumo está generalizado en todo el país.
De esta manera se le dio una distinción cultural al producto, para que se pueda poner en un envase producto cultural argentino. Las marcas culturales pueden, entonces, perfilarse como marcas de origen.