¿Sabías que uno de los dos relojes que se observan al frente de las torres del Palacio San José no es real, sino que está pintado?
Parte de la historia comienza con una carta enviada en 1858 por Luis Lavergne – agrimensor francés contratado como profesor del Colegio del Uruguay- a Benjamín Victorica, yerno de Urquiza, secretario privado y hombre de gran confianza del General, que además ocupó cargos políticos muy importantes a nivel provincial y nacional.
En la carta, Lavergne le informa a Victorica que el señor Ferrez (relojero), tenía la intención de presentarse ante Urquiza para ofrecerle un reloj de castillo por un valor de 35 onzas de oro, que a su juicio “era una pieza perfectamente confeccionada”. La operación se concreta y el reloj – de 0,68 cm de diámetro, que tiene un sistema de pesas y posee una campana de las misiones jesuíticas – se coloca en la torre norte del Palacio.
¿Y el reloj de la torre sur?
Con la intención de conservar la simetría característica de la arquitectura clasicista del Palacio, el reloj de la torre sur fue simulado, pintado con características idénticas al de la torre norte. Allí se lee la hora 
19:30, que Dolores Costa, esposa de Justo José de Urquiza, mandó a pintar en concordancia con la hora del deceso del General.
Fuente. Palacio San José
