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Varios dibujitos animados son cuestionados por fomentar el acoso contra la mujer

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Charles M. Blow, columnista del periódico The New York Times, encendió una mecha en la cultura de Occidente al decir que el dibujo animado Pepe Le Pow, “normaliza la cultura de la violación”. 
El descubre que en el mismo lugar en donde está, hay una representante del sexo opuesto. Con engaños, la encierra en un cuarto para acosarla con abrazos, besos no retribuidos y declaraciones unilaterales de “amor a primera vista”. Ella intenta escaparse, escabullirse, arañarlo, le patea la cara y, por suerte, escapa. Si llegara a ser “amor a primera vista”, como él dice, el hombre no registra que es un amor no correspondido. Es acoso sexual.

Más aún, en su cuenta de twitter reforzó el concepto comentando un corto video de la tira animada: “esto ayudaba a enseñar a los chicos que ‘no’ en realidad no significaba ‘no’ sino que era parte de un juego, la línea de largada de una lucha de poderes”.
El periodista, que se convirtió en un referente de la comunidad negra gracias a sus denuncias contra episodios de racismo, discriminación y sexismo observa atentamente los productos culturales de consumo masivo que, a su entender, influyen negativamente en el respeto de los derechos humanos.

Speedy González, racista y Lola Bunny, provocadora


La lupa implacable de Blow se posó también sobre otro personaje popular de Warner, Speedy González, el ratoncito más veloz de todo México. El autor recordó que durante su infancia consumió dibujos animados que promovían estereotipos contra otros grupos raciales: “Speedy Gonzales, cuyos amigos ayudaron a popularizar el estereotipo corrosivo de los mexicanos borrachos y letárgicos; y Mammy Two Shoes , una criada negra y corpulenta que hablaba con acento fuerte”, puntualizó. “El racismo debe de ser exorcizado de la cultura, incluida, o tal vez especialmente, de la cultura infantil”, pidió Blow.

Por supuesto, quienes leyeron la nota opinaron en redes. Algunos lo tildaron de “puritano” pero otros se explayaron señalando que repudiaban “la idea de que para comunicar que un personaje femenino tenga que ser tomado en serio haya que eliminar sus pechos”. Y no faltaron los que bañaron el hecho con un barniz de humor: “Lo único que me pone nervioso del nuevo diseño de Lola Bunny es que no tiene rodillas”. 

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