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Una historia de amor y traición: La Delfina y Pancho Ramirez.

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Pocas historias tienen tantos condimentos como la de La Delfina y Pancho Ramírez. Aportan datos de todos lados, por un lado, el honorable caudillo Pancho Ramírez y, por el otro, su cautiva portuguesa denominada por todos como La Delfina. Los dos personajes que nos faltan para completar el episodio, van a ser Norberta, la novia abandonada por Ramírez y un presunto traidor al héroe, por ambición y celos, Lucio Norberto Mansilla. Un amor que no iba a depender de fronteras ni bandos, que nació con la idea de romper convenciones.

La historia sobre cómo y de donde apareció La Delfina en la vida entrerriana es incierta, muchos se referían a ella, que la pueden transformar en un mito o en una leyenda. Su historia se relata más por incertidumbres que por certezas, ni siquiera se sabe si Delfina realmente corresponde a un nombre o apellido. Una de las posibles versiones decía que Ramirez la había capturado en sus enfrentamientos con Artigas contra los portugueses. Otros afirmaban que era la hija bastarda de un virrey portugues en Brasil. Pocos datos se sabían a ciencia cierta sobre ella.

Además se afirmaba que era cuartelera, es decir una mujer que perseguía soldados y alternaba con ellos manteniendo relaciones sexuales a cambio de manutención. Hasta su belleza estaba signada por la incertidumbre, tampoco se sabía si era rubia o morena, blanca o mestiza. Algo sí se sabía, era que amaba los uniformes y los lucía de una manera extraordinaria.

Su amor por Ramirez era una completa certeza, esa idea de “hasta que la muerte nos separe”, se cumplió al pie de la letra. Unidos en el amor y en la lucha por los ideales del caudillo, no se separaron ni un instante. Era un soldado más, al lado de Ramirez, lo que demostraba una semejante valentía. Pero ¿de dónde iba a surgir ese amor siendo de dos polos completamente distintos? Por un lado, a Delfina no le iba a ser difícil dejarse encantar por Ramirez, debido a que era muy valorado en cuanto a su carácter y audacia, hasta era reconocido por Vicente F. Lopez. También la posibilidad de generarse un ascenso social semejante, al lado de una persona con tanto poder y gloria. Por otro lado, para que a Ramirez le llamara la atención una cautiva le hiciera olvidar de todos sus compromisos de matrimonio con la hermana de su amigo, tuvo que ser algo más que simplemente un cuerpo que lo seduzca, su dulzura tal vez o su valentía.

Todo esto surgió hacia 1818, en Paysandú, cuando Pancho Ramirez quedó deslumbrado por una pelirroja que habían tomado cautiva. Tan enamorado quedó de ella que decidió finalizar su compromiso con Norberta Calvento. Su amor iba a transcurrir durante y entre los combates victoriosos de Pancho.

Este romance iba a concluir como en una novela griega, donde el amor se iba a dar entre un caudillo y una cautiva portuguesa, solo faltaba la novia despechada y la traición del subordinado. ¿Pudo haber sido Lucio Mansilla el que traicionó a Ramirez?

Este actor, un joven coronel porteño que se iba a poner a los servicios de Ramirez, se pusieron en contacto durante los problemas generados entre Ramirez y Artigas.

Al momento que se genera un conflicto entre Buenos Aires y Lopez contra Ramirez, Mansilla se echa atrás con el pretexto de que no iba a atacar contra su ciudad de nacimiento. Ahí es cuando se compromete a llevar a Ramirez y a su infantería en barco desde el Río Paraná hasta Santa Fé, esto no iba a suceder y Ramirez se iba a encontrar en una situación complicada debido a la falta de hombres en su tripulación. 

En desventaja frente a las fuerzas de Lopez, Bustos y Lamadrid, iba a tratar de huir, pero al ver que Delfina había sido capturada por el enemigo, arremetió contra el grupo que tenía cautivos a su mujer. Al verse rodeado de soldados enemigos, es asesinado por el capitán Maldonado de un tiro a quemarropa. El relato de este capítulo termina con que, Pancho Ramirez muere queriendo salvar a La Delfina de la partida enemiga.

La Delfina logró huir en ancas del caballo de un guaraní, aún así, olvidada en su soledad iba a fallecer el 28 de Junio de 1839 en Arroyo La China (actual Concepción del Uruguay). La que va a presenciar su funeral era Norberta Calvento, la ex mujer de Pancho Ramirez, lo que también para ella podía ser un día de fiesta pero había vivido de luto desde aquella vez que Ramirez la había dejado. Y aún así, unidas ambas por un recuerdo y la soledad.

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